Los líderes diligentes tocan temas vitales, como el perdón, la integridad, la búsqueda de las almas perdidas y más, pero lo que se necesita es que estos mismos líderes entretejan las enseñanzas acerca del bautismo en el Espíritu Santo en la vida diaria de sus iglesias. Los líderes pueden encender la llama a base de compartir testimonios sobre las lenguas, las señales y los prodigios, la profecía y otras formas sobrenaturales de moverse que utiliza Dios. Los cultos de las iglesias y las reuniones de las juntas pueden incorporar dentro de ellos la oración en el Espíritu y una invitación a testificar. En el día de Pentecostés, cayeron lenguas de fuego en el bautismo en el Espíritu. Los líderes de hoy necesitamos recuperar una iglesia que viva en el poder del Espíritu.